Los científicos quieren detectar la enzima que interviene en el proceso de descomposición del polietileno, para reproducirlo a escala industrial
- Plástico biodegradado por 10 gusanos en 30 minutos. (César Hernández/CSIC / César Hernández/CSIC)
Hallar el elemento químico que logre la degradación de los plásticos se ha convertido en anhelada nueva piedra filosofal. La investigadora Federica Bertocchini ha descubierto que los gusanos de la cera (Galleria mellonella), que habitualmente comen miel y cera de los panales de las abejas, son capaces de degradar los plásticos. En concreto, este gusano descompone el polietileno, uno de los materiales derivados del petróleo más comunes y más resistentes; con él se fabrican bolsas y envases, entre otros objetos. El descubrimiento ha sido patentado por los investigadores.
“Hemos comprobado que este gusano es capaz de degradar el plástico con el simple contacto. Hemos producido y amasado una pulpa con gusanos muertos y hemos puesto el plástico encima, y hemos comprobado que el plástico se degrada. Hay algo que produce ese efecto. El gusano produce algo que, al entrar en contacto con el plástico, lo descompone”, explica Federica Bertocchini, investigadora del CSIC, quien ha trabajado conjuntamente junto a Paolo Bombelli y Chris Howe de la Universidad de Cambridge. Los resultados de esta investigación han sido difundidos en un artículo científico en la revista Current Biology (edición del 24 de abril) .
- La investigadora del CSIC Federica Bertocchini (César Hernández/CSIC / César Hernández/CSIC)
La investigadora subraya que el descubrimiento no se refiere al hecho de que el efecto degradador se dé en la digestación del gusano. Se han encontrado restos de plástico en el interior estómago de los insectos, pero no se han analizado esas heces. Lo que sí han demostrado es que el gusano segrega una sustancia que desintegra la cadena del plástico y lo convierte en un monómero, recalca.
Los detalles, por descubrir
Los investigadores aún desconocen los detalles de cómo se produce la biodegradación, pero existe la posibilidad de que lo haga una enzima. La investigación persigue ahora explicar la mecánica molecular de esta reacción. “Queremos aislar la molécula o las moléculas que intervienen y reproducir su funcionamiento en laboratorio y luego de manera industrial, a gran escala. Es así como podremos intentar disponer de la herramienta que nos permita reproducir esto de manera sistemática y eliminar estos materiales tan resistentes”, dice la investigadora. El tiempo dirá si esta pueda ser una manera de degradar los omnipresentes plásticos que inundan los vertederos e incluso llegan al medio marino en donde cada vez hay más pruebas del daño que ocasionan.
Hemos producido y amasado una pulpa con gusanos muertos y hemos puesto el plástico encima, y hemos comprobado que el plástico se degrada”
A diferencia de la capacidad de degradación de los plásticos mostrada por algunas bacterias, lo que llama más la atención en este caso es la rapidez con que actúa el gusano: en 48 minutos pueden notarse sus efecto. “Cien gusanos de la cera son capaces de biodegradar 92 miligramos de polietileno en 12 horas, es realmente muy rápido”, destaca Bertocchini.
Los investigadores han descubierto, además, que el contacto de la crisálida con el polietileno es suficiente para que este plástico se biodegrade. A los investigadores no les ha pasado por alto el hecho de que la composición de la cera es similar a la del polietileno; de ahí que ese puede ser el motivo por el que el gusano ha desarrollado un mecanismo para poder deshacerse del plástico.